Tuesday, December 21, 2010

14 de tevet 5771.Del Sinai a Vitacura


Vezot Hatora, Esta es la Tora que Moisés entrego al pueblo de Israel en el Monte Sinai ( y ahora también esta en Bnei Israel en Vitacura).
Desde el Desierto del Sinai a Vitacura hay un largo camino que atraviesa geografías y tiempos y ahora tenemos nosotros el honor y la responsabilidad de cuidad, estudiar y compartir nuestro nuevo Sefer.
En el comienzo de Pirkei Avot encontramos una Mishna hermosa que nos cuenta como fue trasmitida la Tora desde Moshe Rabeinu hasta los rabanim, y que continua en una cadena constante y firme de maestros a alumnos, que a su vez tienen la misión de enseñar y generar nuevos discípulos para que la Tora siga siendo transmitida de generación en generación y así su eterno mensaje contribuya a que cumplamos con nuestra Sagrada misión.
Después de 60 años nuestra comuni dad tienen por un lado el honor de ser custodios de un nuevo Sefer Tora, escrito especialmente para nosotros en Medinat Israel, siguiendo las normas milenarios del los Sofrim, de los escribas para que la Tora sea portadora de la Santidad del la palabra divina.
Estamos inmensamente agradecidos a las familias de Adalberto Klein y Gerardo Rosenberg, quienes se entusiasmaron con el proyecto de inmediato, y
nos permitieron cumplir con este sueño de años.
También recibir esta Tora implica una gran responsabilidad., la Tora no es nuestra,
la Tora es de Am Israel, de pueblo judío, nosotros solo somos quienes vamos a tenerla en nuestra casa.
La responsabilidad consiste en estudiarla y cumplirla, en compartirla, en disfrutarla, en hacerla nuestra, recordando las palabras que están grabadas en la misma Tora, “Lo baShamaim Hi,” No esta en el cielo, sino que debemos llevarla a nuestro corazón y nuestra Boca, que ella enriquezca nuestros pensamientos y guié nuestras conversaciones.
La Tora no puede quedar encerrada en el Aron Hakodesh, tiene que hacerse un Etz Hajaim entre nosotros, un árbol de vida, para que podamos saborear los frutos de la vida trascendente, dar alimento espiritual a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos.
Existe dos hermosas costumbres que se practicaban cuando se completaba la escritura de una Tora.
Por los caminos que el Sefer Tora iba acercándose a la Sinagoga, toda la gente encendía Velas, ya que la Tora es Luz, y acompañaba al Sefer en su ingreso a su nuevo Hogar.
La segunda, cuenta que el nuevo Sefer era leído cada semana en otra congregación, para que mas ojos pudieran verla y revisarla, pero también para tomar conciencia que el contenido del Sefer es de todo el pueblo Judios, y que nosotros somos solamente los cuidadores temporarios del Sefer por el tiempo que tomemos la Tora como nuestra guia para la vida.