En un abrir y cerrar de ojos, nuestro hijo Eitu llegó a la edad de su Bar Mitzva.
Como un niño que juega a ser grande o un adolescente que juega todavía a ser niño , lo vemos crecer y crecemos junto a el, nosotros como padres e Igu como hermano.
No ha sino en un día, no ha sido en una hora, y justamente por eso nos detenemos un instante para repasar todos lo que hemos vivido como familia.
Esta es una oportunidad para celebrar y agradecer a D-s en familia y con nuestros amigos.
Eitu subirá nuevamente a la Tora, el Etz hajaim, el Arbol de la Vida, como lo hizo en Enero cuando en Su parasha, ,Vaieji, se puso los Tefilin.
Es nuestro deseo que a lo largo de su vida pueda dialogar, aprender, discutir, escuchar el mensaje de la Tora, y que sus frutos le den fortaleza, orientación y vida.