Hay dos secciones en la Tora que en sus nombres tiene incluidas palabras cuya raiz es vida, Jaie Sara, y Vaieji.
Lo curioso es que en ambas se habla de la muerte de cada uno de los personajes.
Pero también en ambas se presenta el tema de la descendencia como central.
En Jaie Sara, Abraham se ocupa de conseguir una esposa para su Hijo Itzjak.En esta parasha, Iakov se preocupa de reunir a sus hijos, y nietos,y darle su legado espiritual, que hablara del futuro.
La finitud nos enfrenta inevitablemente a la inquietud sobre la continuidad, y esta se plantea en términos de descendencia, no solamente biológica, sino también espiritual.
Es asi que el fin de la vida, abre la pregunta de la continuidad en función de lo que dejamos tras nuestro, los valores, los ejemplo, y las enseñanza.
El Midrash dice que el alma de cada niño por nacer elige cuales serán sus padres.
En este sentido, se me ocurre que mas que nosotros educamos a nuestros hijos, son ellos los que nos educan, y en términos espirituales, ellos entran en nuestra vida para hacer algun Tikun especial, alguna reparación especial.
No somos nosotros los que los bendecimos en la mesa de Shabat, sino que al pronunciar nosotros la Braja, es por medio de ellos que nuestra vida es bendecida.
Pensado en esta parasha recordé dos hermosas ideas de Reb Shlomo Carlebach, que lo dice de una hermosa manera:
Lo curioso es que en ambas se habla de la muerte de cada uno de los personajes.
Pero también en ambas se presenta el tema de la descendencia como central.
En Jaie Sara, Abraham se ocupa de conseguir una esposa para su Hijo Itzjak.En esta parasha, Iakov se preocupa de reunir a sus hijos, y nietos,y darle su legado espiritual, que hablara del futuro.
La finitud nos enfrenta inevitablemente a la inquietud sobre la continuidad, y esta se plantea en términos de descendencia, no solamente biológica, sino también espiritual.
Es asi que el fin de la vida, abre la pregunta de la continuidad en función de lo que dejamos tras nuestro, los valores, los ejemplo, y las enseñanza.
El Midrash dice que el alma de cada niño por nacer elige cuales serán sus padres.
En este sentido, se me ocurre que mas que nosotros educamos a nuestros hijos, son ellos los que nos educan, y en términos espirituales, ellos entran en nuestra vida para hacer algun Tikun especial, alguna reparación especial.
No somos nosotros los que los bendecimos en la mesa de Shabat, sino que al pronunciar nosotros la Braja, es por medio de ellos que nuestra vida es bendecida.
Pensado en esta parasha recordé dos hermosas ideas de Reb Shlomo Carlebach, que lo dice de una hermosa manera:
Mis hijos son quienes corrigen mi alma en el grado más elevado posible de perfección.
Hay padres que piensan que le dieron la vida a sus hijos. La verdad es que son nuestros hijos quienes nos dan la vida a nosotros, ayudándonos a que seamos inscriptos en el libro de la vida .
Hay padres que piensan que le dieron la vida a sus hijos. La verdad es que son nuestros hijos quienes nos dan la vida a nosotros, ayudándonos a que seamos inscriptos en el libro de la vida .
Powered by ScribeFire.