Tuesday, May 08, 2007

35 del Omer 5767.10 palabras que Internet y la tecnologia pusieron de moda.

Este texto lo escribi hace tiempo y ahora me acorde de el para subirlo al blog.

Hace un par de semanas conté en la Sinagoga que había leído un Newsletter sobre diez palabras que se incluyeron en nuestro vocabulario, palabras que tienen su origen en la revolución de Internet, y que cuando lo estaba leyendo trataba de pensar si había alguna relación con la vida comunitaria, y en aquello que nos preocupa, en especial en “Radiomaná”. El tema es así: son diez palabras que se hicieron populares y que su origen tiene que ver con afirmaciones o en hechos que ocurrieron a partir de la implosión y de la profundización del uso de Internet.

dot.BOMB
La primera es dot.BOMB. Cuando empezó el crecimiento importante de Internet (hablo de las dot.com), todo el mundo quería tener una dot.com. Pero esas dot.com no dieron el resultado que se esperaba, y a muchos que invirtieron todos sus ahorros pretendiendo después involucrar a otros en este proyecto, no le fue bien. La reflexión es que a veces las cosas que crecen rápido no son las que más duran. Las comunidades que crecen son aquellas que a lo mejor lo hacen despacio pero que su crecimiento es sólido. Y es sólido porque crecen cara a cara, crecen frente a otra persona, crecen desde la gente.

La nueva economía
La segunda tiene que ver con la nueva economía. Se habló en algún momento de la economía de la información, del conocimiento contra la economía de lo real, y la promesa era que una iba a reemplazar la otra. Y en algunas ocasiones, corremos a cambiar lo nuevo por lo viejo y nos damos cuenta que al final nos confundimos. En el mundo de Internet ocurrió, y a nivel comunitario también sucede. A veces queremos hacer cambios rápidos porque otros lo hacen, y no nos damos cuenta que las cosas viejas todavía sirven y tienen un sentido en el mundo real.

Un nuevo mercado
El punto tres de los diez que vamos a compartir, es cuando empezó Internet, lo primero que se pensó es cuánta gente está en nuestro mercado, cuándo la gente a través de nosotros puede solucionar sus problemas. Es así que páginas que comenzaron vendiendo libros después terminaron vendiendo hasta autos, para tener todo el mercado con ellos y todos los usuarios de Internet con ellos. En el mundo comunitario pensamos un poco así, si somos dueños de las personas y queremos que las personas encuentren en nuestra comunidad todas las necesidades, y en verdad no es malo que algunas necesidades se encuentren en otros lugares. Los rabinos o las comunidades que pueden pensar que son dueños de las personas nos equivocamos absolutamente. Hay gente que reza en Kabalat Shabat con nosotros, en Shajarit va a otras comunidades. O que tiene múltiples lealtades, algunos van a la B’nei Brith, hacen deportes en Hebraica o son socios de una u otra comunidad. Lo importante -en definitiva- no es que satisfagan todas las necesidades en un solo lugar, sino que se sientan a gusto, se sientan parte de una colectividad.

Cambio de paradigma
El número cuatro es la idea que empezó, en el año 1962, con un teórico de las ciencias que hablaba de que un paradigma reemplaza a otro, y se habló mucho del cambio de paradigma. En nuestra comunidad también queremos hacer un cambio de paradigma. El cambio de paradigma que proponemos básicamente es que la gente que viene a nosotros sea partícipe y no espectador, que venga a hacer cosas, que venga a participar de la vida y no solamente a mirar. Yo decía que hay un teólogo que hablaba de comunidades jumbo jet, o comunidades como el living de la casa. En el jumbo jet uno entra, hay una azafata que le da una cartilla que le dice lo que tiene que hacer y dónde tiene que sentarse y el comandante dice vamos a partir, hay que hacer esto, hay que hacer lo otro. En las comunidades que son el living de la casa, uno entra, toma un libro o trae el suyo propio y cada uno sabe lo que tiene que hacer, sabe lo que es la oración, sabe qué es la comunidad.

La banda ancha
El número cinco es un número de un tema que nos ha invadido en la vida cotidiana, estamos hablando de la banda ancha. La banda ancha representa un mayor caudal de información, mayor transferencia de archivos, etc. Y yo decía uno de estos viernes que las comunidades también tenemos que ser de banda ancha, tenemos que tener las puertas lo suficientemente abiertas, tener muchas puertas de entradas para que la gente pueda acercarse por primera vez o que pueda reingresar porque también hace falta una puerta de reingreso. Uno de los temas claves durante el tiempo de Internet, fue cuántas personas visitaban una página. Se acuerdan que se hablaba de cuántos clikcs, cuántas veces se entraba en esa página y cuán profundo se entraba en esa página. Hasta algunos empresarios querían hacer negocios diciendo: a mi página la visitan tantas personas por semana. En realidad, pensaba al revés: cómo hacernos como comunidad visibles a la gente, cómo hacer que nuestras actividades sean interesantes y que tengan conexión con la gente. Y también cómo hacer que la gente se haga visible para nosotros, no solamente viniendo a buscar un servicio, sino que sean parte plena de la vida judía local.

Offline
Offline es el número siete, una palabra que entra en el vocabulario a través de Internet. Offline se entiende como no estar conectado, pero también en algunos ámbitos offline hace referencia a todas esas cosas que se mantienen en un espacio privado. A veces las comunidades queremos ocupar todos los espacios ya no a través de actividades, sino también en la intimidad de la gente. Nosotros sabemos que hay un espacio que tiene que permanecer privado, y eso es bueno y es bueno que la comunidad lo reconozca y lo ayude a reconocer.

Compra por Internet
La compra por Internet es el número ocho. En algún momento en esta revolución se habló de que algunas cosas iban a dejar de hacerse, por ejemplo que se iba a dejar de ir a una tienda porque todo se iba a hacer y a comprar por Internet. Y hay quienes sostienen que van a seguir existiendo en forma simbólica los ladrillos y el cemento, y hay cosas que van a seguir haciéndose de la misma manera. En la vida comunitaria también tenemos que saber que hay ‘cosas’ que se tienen que seguir haciendo de la misma manera, con la misma calidez, con la misma pasión. Porque si hablamos de ladrillo y cemento tenemos que pensar que Torá y Sidur van a seguir existiendo y si creemos que vamos a reemplazarlas por ‘cosas’ nuevas, colocándolas en un segundo plano, perderemos el foco.

Si iba a haber luz, si las computadoras iban a funcionar
El número nueve, recordemos cuando llegaba el año 2000 toda la locura que se vivió con respecto a si iba a haber luz, si las computadoras iban a funcionar, si los aviones iban a poder a despegar etc. Y cuando llegó el año 2000 no pasó absolutamente nada. El síndrome del año 2000, se acuerdan que se lo llamaba Y2K. En el pueblo judío a veces también tenemos estas sensaciones, que vamos a terminar, que vamos a desaparecer, que los enemigos externos, que el antisemitismo, que la asimilación, y siempre estamos corriendo detrás de los peligros y a veces nos olvidamos de las cosas profundas e importantes que tenemos desde adentro. Entonces haciendo una metáfora del Y2K, en lugar de pensar en el final tenemos que trabajar en construir el presente y el futuro.

Sincronizar
Y llegamos al número diez, que tiene que ver con ‘cosas’ de la tecnología, y es sincronizar, la palabra de moda. La gente sincroniza su computadora de mano, sincroniza con otros lugares que están trabajando en el mismo momento en otras partes del mundo. Lo que yo decía es que a veces tenemos que sincronizar con nuestra gente, encontrar cuáles son las ‘cosas’ que nuestra gente necesita y hacer notar que también las necesidades de la comunidad y sus propuestas pueden atenderlos y hacer sincronizar la vida cotidiana.

34 del Omer 5767. Mitzvot Comunidad, Ejercicios y Gimnasio

Finalmente comencé a hacer ejercicios.
Desde Noviembre que tenía que comenzar a reforzar mi musculatura y recién hace 3 semanas tome fuerza (espero que me dure).
El primer día trate de encontrar algo espiritual en lo que estaba haciendo y la comparación surgió inmediatamente.
Llegue al gimnasio y presente al profesor.
Me hizo muy pocas preguntas tomo una planilla y me explico los ejercicios recomendados para empezar.
Cuantos abdominales, cuantos pesos en las manos, cuantas series y repeticiones.
Me acompaño el primer día y el segundo, y yo que pensaba que era casi una tortura a la segunda semana ya conocía mi circuito.
Nunca había realzado este tipo de ejercicios que me parecían rutinarios y hasta molestos, pero sabiendo que me hacen bien sigo insistiendo (como dije antes espero que dure).
Que aprendí allí del judaísmo, de las Mizvot y de la comunidad?
Ahí va la lista:

1-Lo más importantes es tener la voluntad de empezar

2-Que alguien te guíe en los primeros pasos.

3-No preocuparte porque en el mismo lugar hay gente que hace años esta practicando y hace muchas mas series o levanta mucho mas peso, si es un buen lugar y hay un buen guía te van a tomar desde el lugar en donde estar al lugar a donde quieres ir.

4-Tener siempre en la mente que a veces los ejercicios parecen aburridos o duelen pero a la larga tienen un sentido profundo.

5- Una vez en movimiento tenemos que ir sumando, lo que nos parecía imposible, mañana puede ser solo el inicio.

6-No se puede dejar el ejercicio por más de un par de días sino siempre se estará recomenzando

7-Si la voluntad y la decisión es lo que nos hizo comenzar, es la misma fuerza la que nos mantiene en actividad.

Estoy seguro que todo esto, de un modo u otro se puede aplicar a una comunidad y a las Mitzvot.